viernes, 31 de julio de 2009

CARTA DE CARLES MARCO A LA ALCALDESA DE GRAZALEMA .

copio:

María José Lara Mateos.
ALCALDESA DE GRAZALEMA-BENAMAHOMA

Apreciada compañera,

Es muy patético y triste todo cuanto está apareciendo en la prensa acerca del toro de Grazalema de este año, y denota una nula sensibilidad hacia los animales en general y hacia los toros en particular.

Ya es triste que para la diversión de la gente nos dediquemos a propinar sufrimiento y estrés a los animales, como si la música, el baile, el humor, las buenas comidas, la propia compañía de otras personas con ganas de divertirse, y tantas actividades que pueden llevarse a cabo sin necesidad de implicar a ningún animal, no fuesen suficiente.

Pero ya es el colmo de los despropósitos que los toros agonicen y mueran a causa del asfixiante calor, incluso antes de ser objeto de semejante ritual.

Sinceramente creo, y a tenor de todo cuanto circula por Internet y de lo que hasta la fecha he leído en prensa, estoy seguro de no equivocarme, que Grazalema ha traspasado el umbral de la sinrazón humana.

Grazalema será recordada, y conocida durante muchos años, por su falta de respeto y conmiseración con los toros, y se añadirá a la lista de otras poblaciones que ya son denostadas alrededor del mundo por cuantos han comprendido que determinadas conductas no son propias de pueblos civilizados en pleno siglo XXI.

Los gobernantes tienen la responsabilidad de legislar, de legitimar o condenar determinadas actitudes de los ciudadanos. Normalmente las ordenanzas municipales y los bandos debieran ir acordes a la evolución del pensamiento y la conciencia colectiva. Hay multitud de ejemplos de conductas que eran normales hace tan solo 50 años y que hoy en día no están permitidas.

No hay que tener miedo a legislar, a prohibir cuando es necesario, ya que a veces es el único camino para erradicar costumbres, tradiciones y conductas que tienen tanto de ancestral como de indignas.

¿Crees que los niños y jóvenes de Grazalema pueden crecer sintiendo respeto hacia la vida, y con sensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, siendo testigos año tras año de vuestra “fiesta”?. Luego nos asombramos cuando determinadas conductas violentas, y carentes de respeto y sensibilidad, parecen arraigar fuertemente entre una parte de nuestra juventud.

Hay dos clases de gobernantes, aquellos que hacen lo que deben hacer, aquellos que entienden que cuando los cambios son necesarios y deseables no hay que detenerse a pensar en la popularidad de sus decisiones, y los que solo hacen aquello que entienden les va a reportar más votos.

Uno tiene la tentación de ser popular en sus decisiones, sin embargo, con el tiempo descubres que es imposible contentar todos, y que siempre habrá quien te critique por tus actos. Al final, lo único que verdaderamente cuenta, es estar a gusto con uno mismo, tumbarte en la cama por la noche y poder dormir con esa tranquilidad de conciencia que da el saber que has obrado correctamente, pensando solo en el bien de la comunidad y no en intereses particulares.

Evidentemente compañera, tú decides. Seguir anclados en tradiciones crueles y totalmente indignas para la mayoría de conciencias del siglo XXI, o evolucionar hacía el respeto por los toros y los animales.

Saludos cordiales,

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