jueves, 16 de julio de 2009

CARLES MARCO, ANMALISTA Y CONCEJAL DE SANT CEBRIA DE VALLALTA, ESCRIBE A LA ALCALDESA DE TORDESILLAS


foto: los lanceros de Tordesillas comienzan el ritual sangriento de acribillar al toro.


copio:

Sra. Zarzuelo, que vergüenza de declaraciones. Yo no se si nos toma por tontos, o simplemente dice tonterías porqué ya no sabe qué decir sobre la cruel tradición que envilece el nombre de tan insigne población.

Según usted el torneo ya está “humanizado” porqué desde hace unos años se introdujo la figura del puntillero, aquel que sacrifica al animal cuando este ya está agonizando.

La verdad es que es un detalle que se agradece, sobre todo el toro, que en lugar de estar tendido durante largo tiempo, agonizando y viendo a toda una horda de bárbaros a su alrededor gritando como energúmenos y festejando su dolor, le dan la oportunidad de dejar de sufrir esa agonía final.

El diario digital que recoge sus declaraciones

http://www.nortecastilla.es/20090715/valladolid/toro-vega-celebrara-como-20090715.html dice : “la alcaldesa apoyó mostrar sensibilidad con el astado y amparó la idea de que el toro no padezca dolor o sufrimiento en los momentos previos a su muerte”. Y durante todo el resto del torneo ¿qué cree usted que siente el toro?.

Yo creo que usted no ha entendido nada de nada. Se trata de que el animal no tiene porqué padecer para el regocijo y entretenimiento de unos cuantos. Acosar al toro con caballos, sufrir el dolor de un lanzazo tras otro, hasta que se le doblan las patas, verse acosado y lanceado durante un tiempo indeterminado, que dependerá de la habilidad de los “nobles y valientes” lanceros, eso es un maltrato y una crueldad innecesaria hacia el animal.

Yo la entiendo, usted es la alcaldesa de un pueblo que tiene una arraigada tradición de maltrato hacia el toro. Seguro que el famoso patronato del Toro de la Vega debe ser un tremendo lobby de poder al que usted, sin duda, no quiere poner en su contra. Primero el sillón de alcaldesa, la moral, el sentido común y la valentía, se quedaron por algún rincón de la sala donde juró o prometió el cargo.

Claro que tal vez me equivoco y es usted una gran defensora de tamaña salvajada porqué le gusta ver como van matando, poco a poco, lanzazo a lanzazo, a ese pobre mamífero.

De verdad que no sé que es peor, si la falta de valentía para enfrentarse a una parte de su pueblo, o la falta de moral y ética personal. Lo viste de tradición, de larga tradición, sin embargo hace oídos sordos cuando le muestran un documento de 1966 en que la comisión de festejos prohibió golpear al animal y causarle cualquier tipo de herida.

La guinda de sus declaraciones la pone cuando dice : “… supone un enfrentamiento «cuerpo a cuerpo» entre el hombre y el toro, ya que está prohibido arrojar las lanzas contra el animal”. Vamos a ver, cuerpo a cuerpo es eso, cuerpo a cuerpo. Lancear al toro desde un caballo y con una lanza de una longitud impresionante, eso ni es cuerpo a cuerpo, ni denota valor. Eso, como suele pasarles siempre a los toros, no es en absoluto una lucha de igual a igual ni nada que se le parezca.

Cuando yo era niño, y durante mi adolescencia, veraneaba en Fonz, un pueblecito de la provincia de Huesca. Allí durante las fiestas de agosto, cada noche, salía el toro de fuego. La fiesta consiste, porque todavía se debe celebrar, en un hombre que se carga a la espalda una pesada figura que emula a un toro, cargada de todo tipo de fuegos de artificio.

Durante unos 10 largos minutos corre por toda la plaza mayor para deleite de todos. Le aseguro que guardo un recuerdo muy entrañable de aquellas noches. Cuando el último petardo y la última rueda de fuegos se apagaba, el hombre corría con la pesada carga hasta la puerta del ayuntamiento, donde lo esperaban con unos cubos de agua que le tiraban rápidamente encima.

Aquello era una fiesta sana. Y aquel hombre, que se cargaba a la espalda aquel símil de toro, si que era un valiente, porque en muchos casos acababa con varias quemaduras, y todo lo hacía para hacer disfrutar a los demás, pero a costa de su esfuerzo y de poner en riesgo su integridad física, sin hacer sufrir a ningún animal. Eso es un hombre valiente, lo de ustedes tiene otro nombre pero me lo voy a ahorrar.

Cuanto tienen que aprender todavía. En cualquier caso, Sra. Alcaldesa, no tenga la desfachatez de hablar de humanización de su bochornoso torneo, porque sigue siendo una crueldad, una terrible diversión a costa del sufrimiento de un pobre animal.

Carles Marco

Concejal del Ayuntamiento de Sant Cebrià de Vallalta

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