Copiado de "Potencialmente Cariñosos" La leyenda maldita:
Me presento. Mi nombre es Sauron y soy un American Stanfford.
Mi papi me compro cuando yo aun era un cachorrete de un mes y medio. Mi papi era muy bueno conmigo. Me daba de comer genial, me llevaba al parque a jugar con mis amiguitos, me tiraba la pelota, me reñia si le gruñia a algun amiguito aunque fuera jugando, me bañaba a menudo, lo unico a lo que puedo poner pegas, pero no por mi papa, era por que cada vez que ibamos por la calle y alguien le preguntaba de que raza era yo y el respondia, la gente ... pues la verdad no se me acercaba mucho. Yo solo queria jugar... pero por mi raza mucha gente no queria jugar conmigo.
Un día estabamos tranquilamente viendo la tv cuando aparecio el caso de una niña que habia sido atacado por un perro peligroso y daba la casualidad que pronunciaron la misma raza de la que era yo. Yo mire a mi papi y el me devolvio la mirada, se le veia triste.
Aun me acuerdo, era un sabado por la mañana. Mi papi me dijo que nos ibamos al campo que subiera el coche y al hacer un trayecto que yo no recordaba bajo para jugar conmigo. Saco su pelota del bolsillo y me la tiro muy lejos, yo sali corriendo detras velozmente, me encantaba que papi me felicitara por ser el mas rapido. Volvia corriendo ya con la pelota y moviendo el rabito pero... Mi papa se habia marchado. Al principio no entendi nada pero luego me acorde de toda la gente que me señalo, de todas las culpas que le hecharon, de la noticia de la noche anterior, entonces.... entonces fue cuando comprendi que mi querido papa me habia abandonado bajo la presion de nuestra raza.
Asi que decidi hecharme a mi suerte. Pase unos dias por en medio del campo, perdido, queria volver a casa y demostrarle que yo no era asi. Que no todos los perros de mi raza somos malos pero no encontraba el camino. Esos dias me acercaba a pedir comida a los labriegos, que al verme, me hechaban de sus tierras, solo una chica de unos 24 años me trajo un día un chusco de pan duro. Se le veia cara de buena persona, hacia mucho que nadie me miraba asi, con ternura, yo aun era joven y bonachon.
Pasaron los dias y la chica cada vez me traia mas comida, algun filete que sisaba, un poquito de pan, macarrones, la pobre me traia de todo pero un día, cuando llego a darme mi ración diaria yo ya no estaba.
Un par de horas antes dos señores con un gran lazo me vinieron a buscar. No les hizo falta por que me fui con ellos felizmente anque hecharia de menos a mi amiga pero necesitaba volver con papa. Me metieron en una furgoneta y me llevaron a un sitio donde habia muchos perros. Alli no estaba mi papito tampoco pero me daba igual, ya no iba a estar solo nunca mas.
Pasaron algunas semanas y yo seguia alli. Una noche oimos un ruido extraño, era raro a esas horas de la noche por que los señores que nos cuidaban no estaban ya. Algunos de nosotros empezamos a ladrar y de pronto, donde estaba yo, entraron dos señores a los que casi no les vi la cara. La verdad que me pillaron un poco de susto y forzejee un poco pero nunca les mordi, eso no iba para nada conmigo. Me debieron de poner algo porque solo recuerdo aparecer en un cuarto muy pequeño y oscuro.
Pasaba los dias y nadie entraba. Solo me tiraban al dia un filete y pequeñajo. A los 4 dias de estar encerrado entro un hombre que parecia un gran saco gigante y con un palo enorme se puso a darme en cada parte de mi cuerpo. Estaba loco aquel hombre ? Yo la verdad que me asuste y me escondi en un rincón, pero el hombre era malo, muy malo y me seguia pegando muy fuerte. Sali un poco y le ladre pero se ve que no fue suficiente, encendio un cigarro y me lo estampo en la cabeza y asi pasando por mi pecho, las patas.. Yo no podia dejar de gritar de dolor pero papa, mi papa, me habia enseñado a no morder a nadie que eso estaba muy mal. Estas continuas torturas se repitieron dia a dia durante casi una semana. Yo estaba muy mal, me dolia todo el cuerpo.
Un dia de pronto vi la luz. Abrieron la puerta y me sacaron con una cadena enorme, yo ya estaba muy flaco y no era lo que en su dia fui, un precioso American Stanfford. Intente escapar pero me fue imposible, tenia mucho miedo. Uno de los hombres que me esperaban fuera pregunto porque no me habian serrado los colmillos ni arrancado las uñas, el otro le respondio que para lo debil que estaba que no podria hacer nada en contra del otro excepto servirle de aperitivo. Asi fue, como de pronto me vi rodeado de varias personas y otro perro enfrente, de mi raza, con un bozal enorme y que no paraba de gruñirme.
Me soltaron e intente escapar de nuevo, al otro ya le habian quitado el bozal y vino a por mi. venia corriendo y enrabietado, me pego varios mordiscos de los cuales solo supe huir, me estaba matando vivo, sentia dolor en todas las partes de mi cuerpo y veia sangre por todos los lados. Me tumbo en el suelo y le ofreci mi cuello en señal de que habia ganado pero antes, con el poco aliento que me quedaba le pregunte porque unos eramos buenos y otros eran como él a lo cual me respondio que el tambien habia nacido bueno pero que ganar peleas era su trato para seguir con vida, le hize una ultima suplica y parece que sintio pena por mi. de pronto me solto el cuello y se fue a por el tipò que habia preguntado lo de mis colmillos enganchandole de una pierna. El hombre empezo a chillar de dolor y el otro... Saco una pisola y le pego un tiro para que soltara a su amigo.
Se empezaron a dar voces entre ellos y hubo muchisimo jaleo, todos corrian hacia todos los lados intentando coger sus pertenencias y sus perros, uno decia que alguien habia llamado a la policia y los demas no se quedaron a esperarlos. Los unicos que nos quedamos fuimos el perro que me habia perdonado la vida que estaba muerto y yo, no podia levantarme del suelo, lo intentaba pero las miles de heridas y la desnutrición que llevaba encima podian conmigo para no levantarme.
De pronto oí unas sirenas y vi que llego la policia, esa que tantas veces le habia pedido a mi papa los papeles pero esta vez me miraban con pena. Uno de ellos le dio igual mancharse su uniforme y cogerme para meterme en el coche patrulla, dijó que yo era bueno, al fin alguien se habia dado cuenta.
Me llevaron a una clinica veterinaria y me tumbaron en la camilla, de pronto entro alguien con una bata blanca , era ella , mi amiga, la chica que me daba de comer. Al verme me reconocio enseguida aunque ya habian pasado algunos meses y me acario mientras me hablaba y me decia que siguiera luchando por mi vida, yo queria jugar con ella, aun tenia la bondad que me demostro un día, que creyo en mi cuando nadie creyo. Pero... por desgracia mis heridas eran muy graves, habia perdido mucha sangre y casi el conociemiento y tenia sueño, mucho sueño.
Sin mas, de dormi, no pude luchar mas. Solo espero que desde el lugar donde escribo esta carta, alguien la lea y recapacite. No hay perros malos, solo hay dueños que no saben serlo y que aun queda gente buena y perros "peligrosos" con sentimientos. Espero que algun dia vea llegar aqui a mis amigos de viejos porque sino, mi muerte habra sido en vano.
Ay! Nos has hecho llorar con esta historia, Galga bonita :( Y qué cierto eso de que "No hay perros malos, solo hay dueños que no saben serlo..."
ResponderEliminarPuf galguita cuanto ha llorado mami con esta historia :(...
ResponderEliminarMami no puede más que desearles a toda esa chusma inmunda que transforma a seres nobles y buenos en armas de matar,que sufran hasta el último de sus alientos todo el dolor del mundo,igual que lo hacen todos aquellos a los que hacen pelear por el maldito dinero...