Tras dormir en la calle sus primeros seis meses de vida, Algodón estuvo a punto de morir a manos de un veterinario que no le prestó atención porque era un simple gato callejero. Lo que hicieron con él fue un compendio de malas prácticas: lo castraron como a una hembra y le provocaron una hernia, le dieron antibióticos y lo vacunaron teniendo leucemia…
La suerte de Algodón se decidió una tarde en la camilla de otro veterinario que nos recomendó que lo sacrificáramos, tras quedarse en un kilo de peso. Pero él tenía muchas ganas de vivir y nosotros queríamos darle una oportunidad.
Tras rescatarlo de entre los muertos, Algodón ya pesa cuatro kilos, le guiña un ojo a la vida (es su única secuela) y, aunque no puede convivir con gatos sanos, le encantan los perros y sobre todo las personas, con las que es muy cariñoso. Ahora busca un hogar en el que empezar a vivir de nuevo, ¿le ayudas?Contacto Esther: 619 521 509 - esther@elrefugioescuela.com, Lolina: 619 336 890 - lolina@elrefugioescuela.com, Carolina: 655 69 18 50 - carolina@elrefugioescuela.com.
Oh! Un colega felino con un bonito guiño! Esperamos que su suerte a partir de ahora haya cambiado! :)
ResponderEliminarSaludetes gatunos, Galga bonita!