copio:
Innumerables ya son las ocasiones en que he denunciado la absurda, inútil y primitiva práctica humana de pretender resolver cualquier problema con los animales y las plantas eliminando al “enemigo”. En MI TEMA, el caso particular y más notorio es el de los perros y gatos de dueño irresponsable, animalitos que por lo mismo terminan en situación de calle donde a capricho y voluntad… porque no se entiende de otra forma… son indiscriminadamente capturados de forma salvaje por “la perrera”, para luego ser sacrificados sin mínima compasión en un “antirrábico”, siendo lo peor y por mucho, la estancia obligada que por ley deben sufrir esos animales en tan infames cadalsos y que por mínimo debe alcanzar las 48 horas. Lo mismo sucede con cualquier otra fauna considerada plaga. Y últimamente está de moda irse con todo contra las mal llamadas “especies invasoras”, ejemplares de la vida silvestre o mismo asilvestrados, que hoy por hoy son considerados el más grande mal de las áreas naturales protegidas… como si el abuso humano y la incapacidad e ineptitud de las ¿autoridades? ambientales no fuera suficiente para darles en la torre, pero…
¿Por qué mi reclamo para que no se les considere como tales?... bueno, primero, por tratarse de un calificativo denigrante que las sentencia de inicio. Segundo, porque con ello pierden su valor intrínseco y, tercero, porque no es una descripción adecuada partiendo de que salvo específicas excepciones que incluyen a los roedores “exóticos”, la mayoría de los animales que estorban a los naturalistas para propósitos de conservación (y con esto no niego que tengan razón, pero no en la forma de poner remedio) son de tipo doméstico (gatos, perros, cabras, burros, caballos) que no llegaron volando ni nadando ni por propia voluntad a los lugares de especial valor ecológico, sino que fueron introducidos irresponsablemente y algunos hasta de forma inconsciente, pero siempre por algún ser humano, en tiempos pasados harto ignorante y descuidado de las consecuencias que ello acarrearía, y actualmente porque nadie es capaz de vigilar y mantener estricto orden al respecto, pero…
No quiero salirme del punto concreto que quiero abordar, ya que tan sólo destapó en su área, recién comenzando la semana pasada, corrió como reguero de pólvora la terrible y triste noticia de que 100 sanos, fuertes, adiestrados y hasta entonces felices perros de la raza siberian husky, utilizados para jalar trineos en Whistler -zona turística de Canadá seleccionada como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver 2010- fueron masacrados en abril del año pasado, entre los días 21 y 23. Ello, a consecuencia de la falta de clientela. Rematados entonces como si de cosas se hubiera tratado, quizás peor, esos maravillosos canes no fueron ni siquiera dignos de una eutanasia formal, sino que debieron sufrir una indescriptible agonía tras los balazos nada certeros que les propinaron un par de locos, que al no poderlos rematar de esa forma se fueron por la libre acuchillándolos, buscando degollarlos y luego procediendo a enterrarlos en algunos casos todavía con signos vitales… proeza digna únicamente de nuestra especie… Todo indica que fueron dos empleados de la compañía OUTDOOR ADVENTURES, en combinación de con otra de nombre HOWLING DOGS, quienes en cumplimiento de una orden superior dieron muerte a los animales, pero… una cosa es obedecer al empleador y otra muy distinta haber procedido de la forma como lo hicieron, factor que puso en indefensión total la parte emocional de uno de los verdugos que de manera chillonamente provocativa explotó, atreviéndose a demandar por estrés postraumático a la empresa por la que actuó tan abusiva y cruelmente. Por eso fue que nos enteramos del caso, que también desde mi punto de vista implica responsabilidad por omisión de un tercero que como médico veterinario tuvo conocimiento previo de la intención, al habérsele solicitado sus servicios que se negó a dar por no proceder la eutanasia en individuos sanos, como es perfectamente entendible, pero… Al parecer se trata de una práctica habitual, por lo que buen cuidado han tenido las autoridades policíacas canadienses para que no se filtren más casos ni el nombre de los responsables de éste, incluyendo el del dizque afectado, porque sobra indignación y vergüenza en todo el mundo por el hecho, especialmente en la región de Whistler donde presumen ser respetuosos amantes de los animales, posición difícil de creerles cuando tenemos encima y por enésima ocasión, la autorización de su gobierno para la caza anual de focas, crudelísima como la que más… En fin, ojalá que allá no suceda como aquí en México, donde se levanta tremendo escándalo por cualquier asunto y tan luego pasa de moda no se sabe nada de resultados, capturas, multas o castigos… Esperemos que aunque ya no se pueda hacer justicia para esos animales, al menos las organizaciones de protección animal fincadas en la zona levanten un polvorín para que esto no se replique, ya que a decir de una representante de la Humane Society, se trata de una situación común para estos canes que cuando envejecen y ya no sirven a los propósitos por los que se adquirieron o cuando no hay demanda del servicio, son abandonados a su suerte. O sea que, también en San Juan hace aire…
Otra situación que me trae irritada, y más que ello bajo terrible sensación de impotencia, es la resolución que dieron en España respecto a una gran familia de jabalíes que a falta de comida decidió invadir las zonas urbanizadas aledañas al Parque Natural de Collserola, en esa Barcelona que lo mismo logra una envidiable prohibición para la práctica de “corridas de toros”, pero que por el otro lado propone como medio de control para esta fauna la caza ¡a punta de arco y flecha!, rutina cinegética medieval que autorizada de principio para ser aplicada por cazadores expertos y de noche, representaría para los animales una terrible muerte agónica, situación que así planteada, provocó que la Generalitat de Catalunya haya optado por dar marcha atrás a la medida, quedando pendiente de momento el cómo solucionar el conflicto sin pérdida para los animales. Estaremos pendientes, pero…
Lo que sí no tuvo medida fue la última racha de “corridas de toros” que con motivo del 65 aniversario de la Plaza México sufrimos en plena capital mexicana… y ¡cómo no será!, que hasta los más recalcitrantes taurinos plan Rafael Cardona, dueño y señor de espacios diarios aquí en La Crónica, empezó a dudar en seguir con su “afición”, reconociendo ayer mismo, por escrito, que debe darnos la razón a los animalistas pues… “los novillotes paralíticos para lucimiento del amanerado coreógrafo del Blanquita valenciano…” le hicieron sentir envidia por la decisión catalana que prohibió las toreadas, partiendo de que los pobres animales sometidos a tan dramático como ridículo ¿espectáculo?, ni presentaron bravura, ni tuvieron trapío y algunos ni edad, y tan pánfilos todos. ¿Será que ya no necesitaremos combatir al enemigo porque mismo los taurinos acabarán con su propia “fiesta”? Siendo así, bienvenido entonces a estas filas Rafa. Y para mejor juzgar la apretada situación que pasa el tema, bástele a los interesados analizar sin prejuicios la fotografía que ayer editó El Universal, donde se ve a un tal Diego Ventura pegando histérico brinco delante de un toro caído, embanderillado y con los pitones arreglados notoriamente, mientras “el respetable” no luce precisamente feliz. Por eso, al igual que Cardona pregunto… “si en eso consiste la (¿valentía? de la) tauromaquia”. Se fue su tiempo señores. Ustedes mismos le dieron la última estocada a su “tradición”… que lo he de disfrutar. Por ello invito a los que piensan como yo, a sumarse a otros muchos que ya somos suscribiendo su nombre y comentario en la página antitaurina: http://www.petitiononline.com/55400000/petition.html Y también les paso a costo que si también están preocupados por la inmensa cantidad de desechos electrónicos que provoca nuestra voracidad por estrenar aparatitos, no dejen de conectarse al WEBCAST que los días 15 y 16 de este febrero transmitirá un taller en directo, desde las 9 horas y bajo la coordinación de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA), por el que habremos de aprender, discutir y proponer el manejo de tal basura con la mira de afectar lo menos posible al medio ambiente. Para más información contactar a Marco Antonio Heredia (maheredia@cec.org) Habrá traducción simultánea al español, así que no hay pretexto. Para lo demás y como ya es costumbre, dejo mi correo electrónico:
producciones_serengueti@yahoo.com
Marielena Hoyo Bastien |
Gracias por tu poetico omentario Ramón. Nos ha gustado mucho.
ResponderEliminar