Otro ejemplo del trato que se le dan a los animales en este país y de la pasividad de las instituciones. Esta pobre galga ha estado semanas con la pata amputada, probablemente por un cepo hasta que una voluntaria de Evolución ha podido rescatarla. Hay miles de galgos en la misma situación en toda España. Para algunos de ellos si que podemos tener una segunda oportunidad, pero nos hacen falta voluntarios que dediquen parte de su tiempo libre a poder rescatarlos y medios económicos para hacer frente a las numerosos cuidados veterinarios que necesitan.
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