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Recorren países enteros, bajo el frío invernal o el calor estival. Lo  hacen, muchas veces, sin parar a descansar, estirar las piernas, comer e  incluso beber agua. Algunos mueren por el camino. Dos lo hicieron hace  dos semanas en apenas 24 horas y su muerte no fue portada de ningún  medio. ¿Por qué?, porque son animales. Sin embargo, los fallecimientos de un toro camino de Casablanca y de una cerda con destino Granada ya están en manos de la Unión Europea.  Gracias a ONG como la Asociación Nacional para la Defensa de los  Animales (ANDA) o la alemana Animals Angels y, principalmente, a los  controles de carretera que realizan habitualmente por las vías  españolas.
Alberto Díez y Julia Havenstein son los encargados de las campañas de  detección de transportes ilegales de animales. Lo primero se trata de  localizar un 'punto caliente'. Fronteras, puertos y aéras de descanso o  ferias de ganado son algunos de ellos. Posteriormente, aguardan la  llegada de un camión y comienzan su seguimiento. 'No tenemos ninguna  autoridad para parar a nadie pero denunciamos cuando no cumple la ley',  decía Alberto. La primera inspección se hace adelantando al camión sospechoso. Los  ojos clínicos de los activistas saben reconocer en apenas un minuto si  hay exceso de animales, déficit de altura en el camión, animales  deshidratados o cualquier otra incidencia que contravenga la directiva  europea para el transporte de ganado.
 Si es así se produce el  seguimiento hasta que el camión se pare y permita una inspección más  minuciosa. 'El más largo que hemos hecho nos ha llevado desde Medina del  Campo hasta Grecia', confesaba Alberto. Llegada la parada, éste se  identifica al conductor mientras Julia realiza fotografías y grabaciones  de las irregularidades que se producen en él. 'Sólo he pasado miedo dos veces una con un arma blanca por medio en Portugal y otra en Totana (Murcia)  en 11 años no es mucho', sonreía el animalista. Confiesa que suele  haber más problemas con los conductores que son conscientes de las  irregularidades que llevan que con los que mantienen todo en regla.

Italia  es el país en dónde el portavoz de ANDA más disfruta denunciando estas  irregularidades puesto que 'los carabinieri' (policía italiana) son muy  eficientes en la detención del vehículo y la posterior sanción. Unas infracciones administrativas que van desde los 600 euros en adelante y que pueden alcanzar los 18.000.  'Algunos conductores ya llevan un sobre con dinero para hacer frente a  la sanción porque les sale más barato que ir legales', revelaba Alberto  Díez. España, por su lentitud y su terrible burocracia, no está  precisamente en su lista de países ideales y eso que nuestro país es un  buen lugar de conexión entre Europa y África.
 No obstante, el  portavoz de ANDA no cree que se trate únicamente de regular más el  sector. El problema nace en una falta de medios para perseguir este tipo  de hechos. Así que Alberto, haciendo un ejercicio de sinceridad, abogaría  por la prohibición del transporte de larga distancia de animales vivos y  mantener únicamente el de mercancías manufacturadas. 'Así la  confección del producto y el sobrante se quedaría en España y no en el  país de destino', completaba. Puede ser la solución para dejar de  priorizar el dinero al bienestar animal. Una prioridad que se extiende  muchos kilómetros en territorio europeo.
 Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/latrinchera/2011/08/03/mortal-transporte-de-animales.html


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