Carles Marco (marido de Maika del blog Soles y Lunas sin Hogar) nos agradece las muestras de afecto y agradecimiento demostradas  por la gente del mundo animalista, con motivo de su apoyo al caso de Pancho (el perrito del hachazo) y su compañera, asesinad@s por un veterinario sin escrupulos:
No tengo palabras
No tengo palabras para describir  la gratificante sensación que siento en mi interior. Jamás una acción  política, o de cualquier otra índole, me había hecho llegar tal corriente  de solidaridad, agradecimiento y ánimo.
Me refiero a los muchos, muchísimos  correos que he recibido estos últimos días, a raíz de mi carta al  ayuntamiento de Aguilar de la Frontera por los tristes y tremendos hechos  allí acaecidos.
Empecé respondiendo cada correo  recibido, pero llegó un momento que me colapsé. Era una tarea ingente  responderlos todos, máxime cuando pretendía responder de verdad, no  enviar siempre el mismo texto impersonal de respuesta. 
Así pues me he decidido, porque  me duele en el alma no devolver tanta gratitud como he recibido, a escribir  estas líneas.
Sabed que durante estos días  me habéis hecho sentir como si fuese alguien importante, como si de  un gran político se tratara me habéis dicho cosas maravillosas, me  habéis halagado. Mi mujer es testigo que incluso he llegado a sentirme  mal por recibir tanto a cambio de tan poco. Solo a cambio de un gesto  que much@s de vosotr@s lleváis años y años haciendo de forma constante  y abnegada.
Pero debo poner las cosas en  su sitio y volver a la realidad, a la cruda y dura realidad. 
En primer lugar deciros que  soy político, pero no un político profesional, solo soy un concejal  (regidor decimos en Cataluña) de un pequeño pueblo de poco más de  3.000 habitantes. Por más señas, regidor en la oposición municipal,  es decir, no ostento ninguna responsabilidad de gobierno, si bien ello  no es óbice para que desde nuestro grupo (somos 3 concejales del PSC)  nos preocupemos por los animales de nuestro municipio y consigamos,  por ejemplo, presentar y que se apruebe por unanimidad la declaración  de Sant Cebrià de Vallalta como municipio antitaurino y amigo de los  animales (con todo lo que ello conlleva).
Una vez puesto un servidor  en su sitio, me conocen en mi casa y solo en unas cuantas más, vamos  a la cruda realidad. La cruda realidad es que por muchas cartas que  remita a otros concejales, alcaldes o parlamentarios, los animales siguen  siendo masacrados, tal vez a alguien le pueda dar más respeto la carta  de otro concejal (y por eso firmo como tal), pero de eso a conseguir  cambios sustanciales en las conductas milenarias y en las conciencias  de determinadas personas, hay un abismo.
¿Qué puede hacer un humilde  concejal frente a la maquinaria política de todo un estado?. Llevo  un par de días dándole vueltas y hablando del tema con mi esposa (que  es una animalista acérrima). Tal vez prender una chispa entre otros  políticos que, aún teniendo gran corazón y amor por los animales,  no se han planteado la lucha activa en favor de los mismos. A veces  el árbol no deja ver el bosque.
De momento me basta con haber  devuelto un cierto grado de esperanza a algún que otro u otra animalista.  Sé que hay un gran desaliento ante la clase política en general, pero  debéis saber que no todos los políticos son iguales. Que no todos  se van de cacería. Hay muchos, en mi pueblo tengo al menos tres ejemplos  y en otros ámbitos también conozco a más de uno, que aman a los animales  y que detestan cuanto sucede con ellos en nuestro país. Solo es necesario  movilizarlos e implicarlos.
También me consta la gran  incomprensión que sufrís a diario, sirva de ejemplo un escrito de  Quim Sarriá en la edición digital del pueblo de Ceuta, que todavía  tengo pendiente de responder, y que ha escrito a raíz de la cantidad  ingente de correos que recibió para comentar su desafortunado escrito  sobre los galgos y la Baronesa Thyssen. 
En resumen, incomprensión  y un cierto desprecio hacia unas personas cuyo único delito es el de  tener un corazón más grande que el resto de los mortales. ¿Cuantas  veces hemos oído el argumento de que “con el hambre que hay en el  mundo te tienes que preocupar de unos cuantos perros y gatos”?. Y  todo esto va haciendo mella. Abrir el correo, consultar los blogs de  siempre, y ver día tras día que nada parece cambiar, que tras una  noticia desalentadora, tras una salvajada, viene otra peor.
Evidentemente yo solo no puedo  alterar esta realidad, pero tenéis mi promesa de que voy a seguir escribiendo  cartas allí donde crea que puedan servir de algo, que voy a trabajar  activamente como político (por si así mi voz llega más lejos) para  cambiar esta realidad social que, para cuantos amamos y respetamos a  los animales, nos avergüenza y desespera, y que no voy a cejar en mi  empeño aunque oiga voces discordantes o críticas con mi actitud.
El resto, que está por venir,  hay que escribirlo y hay que lucharlo.
Muchas gracias de todo corazón  por ser como sois.
Carles Marco
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